La próxima reunión de la mesa del convenio se retrasa hasta el 12 de noviembre a petición de la patronal Acarl.
Las peticiones de los sindicatos de que Bankia retire también las cláusulas suelo que mantiene en los préstamos a sus trabajadores, al igual que ha hecho con todos sus clientes particulares, parecen haber caído en saco roto. El banco que preside José Ignacio Goirigolzarri no parece tener ninguna intención de adoptar esta medida a no ser que se incluya en el nuevo convenio colectivo del sector, actualmente en negociación.
Así lo señaló ayer el consejero delegado de Bankia, José Sevilla, durante la rueda de prensa posterior a la presentación de resultados trimestral. Tal y como explicó, las cláusulas suelo que tienen los empleados están vinculadas al anterior convenio colectivo, por lo que puede ser un asunto a modificar en las negociaciones que actualmente se están llevando a cabo.
Las declaraciones de Sevilla añaden más presión a la negociación del convenio, después de que los sindicatos iniciasen el pasado mes de octubre un calendario de movilizaciones. La próxima reunión entre los representantes de los trabajadores y Acarl estaba prevista para el próximo 5 de noviembre, pero Acarl ha solicitado atrasarla una semana (hasta el día 12) para poder replantear sus propuestas.
La semana pasada Bankia anunció que había eliminado las cláusulas suelo de sus hipotecas, una medida, iniciada después del verano, que afectaba a unos 30.000 préstamos de la entidad. De este modo, las únicas cláusulas suelo que le quedarán a Bankia serán las que mantiene a parte de su plantilla, una situación considerada injusta por los sindicatos.
Según señala Sate Bankia, cuando nacieron los préstamos con suelo y techo “veníamos de una época de tipos elevados y lo importante era poner un límite superior, la patronal ya se encargó de no firmar nada si no se fijaba un suelo”. Sin embargo, “la mayoría de empleados que en este momento se ven afectados no conocieron la época de tipos elevados y han estado pagando durante años un tipo de interés mayor que los clientes que no tenían suelo”.
“El suelo no debe ser negociado como mercancía en un mercado persa”, señala el sindicato, que pide a la entidad que “demuestre que valora a sus trabajadores”.
Históricamente, los trabajadores de la banca se han beneficiado de unas mejores condiciones que la clientela a la hora de contratar productos financieros. Por ejemplo, en Caja Madrid, predecesora de Bankia, los empleados llegaron a tener hipotecas en las que se pagaba un 55% del Euríbor, pero manteniendo un suelo en el 1,5%, en un momento en que el índice hipotecario se encontraba muy por encima del 5%. El hundimiento del Euríbor, actualmente en el 0,10%, ha trastocado esta situación.
