Los sindicatos critican que la patronal “sigue exigiendo sacrificios” a pesar de la “responsabilidad” mostrada por los trabajadores.
Los bancos herederos de las cajas de ahorros han amortizado desde que en 2008 se inició la crisis 52.000 puestos de trabajo, correspondientes a un 40% de las plantillas, lo que ha situado al sector con el mismo volumen de empleo que en 1994. Sin embargo, cada trabajador gestiona cinco veces más recursos y cuatro veces más créditos que hace 20 años.
En la misma línea, desde 2008 a 2014 se cerraron 10.000 oficinas (el 40% de la red). Igualmente el nivel de capacidad instalada es similar a 1994, pero también gestionando cada centro cinco veces más recursos, y cuatro veces más créditos. Con estas cifras se ‘rearma’ UGT para la próxima reunión de la mesa del convenio colectivo que se celebrará el lunes 14, sin que hasta el momento se haya producido el más mínimo acercamiento entre los sindicatos y la patronal (Acarl).
Según denuncia UGT en una circular, en este escenario la patronal del sector “está empeñada en abaratar todavía más sus costes salariales, aún a costa de recortar derechos laborales”. “Amparada en la reforma laboral, Acarl no tiene reparos en seguir exigiendo sacrificios en la negociación de nuestro Convenio Colectivo”, señala la formación sindical. “Lo que quieren es que se haga más trabajo, pero por menos salario. Difícil exigencia cuando el sector anuncia beneficios mil millonarios”.
“Las plantillas del sector hemos demostrado con creces nuestra responsabilidad y eficacia, en circunstancias especialmente difíciles”, considera el sindicato, que critica el hecho de “que la patronal pretenda precarizar aún más, si cabe, nuestras condiciones y derechos laborales”. “Tampoco es bueno, ni para los trabajadores, ni para las propias empresas. A peores condiciones, peor servicio”, avisa.
Tras más de un año de negociaciones infructuosas, la situación en los bancos herederos de las antiguas cajas de ahorros parece muy complicada, después de que los sindicatos ya hayan convocado varias concentraciones de protesta por la “inmovilidad” de Acarl. La patronal, que ya amagó con abandonar la mesa de negociación en noviembre del año pasado, se ha mostrado dispuesta a negociar hasta el 4 de abril, aunque los sindicatos consideran que la ultraactividad debería durar hasta julio.
Los tres principales sindicatos –CCOO, UGT y CSICA-, ya han avisado de que no firmarán un convenio “a cualquier precio” y exigen a la patronal que retire las propuestas “que en estos momentos imposibilitan alcanzar el acuerdo”, como la implantación de la jornada partida en el sector o la ampliación de los límites a la movilidad geográfica.
