Ya tenemos las cifras que maneja Bankia para la reestructuración que se nos viene encima por la absorción de BMN:
817 personas sobramos en Servicios Centrales y
1703 en oficinas. Total 2520.
Esto, nos recuerda al chiste ese donde un general yankee se va a enfrentar a un ejército de indios y le pregunta a un ojeador que a cuantos indios se van a enfrentar y este le responde con gran rapidez y seguridad: “a 10.004 mi general” y el general se queda alucinado por esa respuesta tan concreta y le pregunta que como está tan seguro de la cifra y el soldado sin dudarlo un momento le contesta: “pues porque delante hay cuatro y detrás como diez mil”.
Y esa es la impresión que nos dio ayer tanto la cifra total, como el desglose que se hizo de ella, así como las motivaciones que usó la empresa para justificarla: el estudio de la consultora Oliver Wyman y el Modelo de Asignación de Recursos (MAR): que por un acto de fe, nos tenemos que creer que sobran esos 2520 trabajadores.
Y no, no nos lo creemos.
Entre otras cosas, porque por muchas sinergias que vayamos a tener con la absorción, no se pueden justificar tal número de extinciones de puestos de trabajo, ya que en realidad somos dos entidades muy complementarias y por tanto, no tenemos tantas coincidencias territoriales que justifiquen, ni de lejos, esas cifras. Ni siquiera esa rebaja de trabajadores en Servicios Centrales en una entidad que va a aumentar su plantilla, sus oficinas y por tanto el nivel de trabajo.
Precisamente si Bankia quiere (como varias veces ha dicho nuestro presidente) ser el primer banco en España, precisamente esta absorción debería aprovecharla para ampliar el negocio y la expansión territorial a zonas donde nuestra presencia es puramente testimonial. Y eso obviamente no se consigue pretendiendo mandar a 2520 trabajadores al paro.
Salud.