Acabado este paripé prenegociador, donde como ya dijimos en nuestra última circular Bankia ha jugado al Copo, para la segunda semana de enero se prevé que empezará la verdadera negociación.
Ayer es cierto que ya se empezó a vislumbrar lo que también comentamos en nuestra circular: que evidentemente esta reestructuración prevista por Bankia, tiene muuuuucho recorrido para la mejora. Tanto para minimizar de manera muy importante el número de salidas/despidos, como para llegar de manera mucho más rápida a la armonización de condiciones laborales.
Pero evidentemente ese recorrido va a depender no de la voluntad de Bankia (tendente a nula), sino de la posición clara y tajante de los sindicatos y de las ganas que pongamos en defender “a capa y espada” los intereses de nuestros afiliados en particular y de todos los trabajadores de Bankia y BMN en general.
Porque no se trata sólo de mejorar condiciones tanto de salidas como de los múltiples traslados que se prevén, sino sobre todo de minimizar tanto los despidos, como esos traslados. Algunos sindicatos hablaban ayer de “hacer atractiva” la movilidad geográfica (en cristiano, la aceptamos si es a buen precio). Y ese, al menos para CGT no es el camino. Ese puede ser el final siempre y cuando se minimicen al máximo y se justifiquen clara y diáfanamente cada uno de esos traslados.
Porque si sólo se trata de precio, al final nos ponemos en manos de la empresa. Y desde luego, CGT no lo va a hacer. Esperemos que los demás tengan el mismo compromiso que nosotros en la defensa de los puestos de trabajo y las movilidades geográficas (que al fin y al cabo suponen en muchos casos despidos “voluntarios”). Porque efectivamente, la empresa dijo ayer que “se trata de un Despido Colectivo de carácter voluntario y que a todas las personas se les garantiza un puesto de trabajo”, pero añadiendo “si bien dicho puesto no tiene que ser en la misma localidad y en la misma función que la actual”. A buen entendedor, pocas palabras bastan.
De momento, y para abrir boca, a principios de febrero (ya con el ERE en el bolsillo de Bankia) se cierran 99 oficinas (muchos jefes de zona y algún sindicalista aguerrido ya están informando de esos cierres, cuando la empresa todavía no ha comunicado nada oficialmente) y ello supone que va a haber muchos compañeros afectados: 99 directores y muchos subdirectores disfuncionados, además de los asesores y comerciales que se quedan a expensas de ver que pasa con ellos.
Y que decir de los compañeros de servicios centrales afectados (800 es la previsión que hace Bankia) cuando la empresa también dice que “sobre la movilidad funcional, por supuesto, es partidaria de la misma pero siempre supeditada a criterios del perfil profesional”. ¿Cómo cuadra eso con la posibilidad de ir a oficinas de estos compañeros?
Como veis, y como era de prever, no pinta nada bien. Por eso precisamente los sindicatos tenemos que tener claro cuáles son las prioridades de la plantilla. Y en CGT pensamos que lo primero es la defensa a ultranza de los puestos de trabajo. Todo lo demás es importante, evidentemente, pero accesorio.
Ese es nuestro propósito para este año que comienza.