Buenos días.
Soy Juan Vicente Calderón e intervengo como representante de la sección sindical de CGT.
Nuestra intervención en la Junta Extraordinaria de Septiembre del año pasado donde se nos anunció y se aprobó la absorción de BMN resultó bastante premonitoria:
En primer lugar, comentamos nuestra relativa incredulidad sobre los grandes beneficios que nos iba a reportar esa absorción. Pensamos, y así lo hemos dicho en repetidas ocasiones que era una oportunidad histórica para hacer que la unión de Bankia/BMN aprovechara esas sinergias tanto comerciales como territoriales y vemos que al final no solo no se están aprovechando, sino que, muy al contrario estamos decreciendo en lugar de consolidarnos en nuestros territorios core e intentar expandirnos en otros (la mayoría del Estado) donde somos meramente anecdóticos. Curioso.
Y como ya le dijimos en esa misma intervención, y era de esperar, las consecuencias de esas “sinergias negativas” las estamos sufriendo los trabajadores: otros 2000 despidos, cierres masivos de oficinas, movilidades geográficas, cambios funcionales y un aumento casi insoportable de la presión operativa y comercial.
Porque ha primado, reconocido por usted mismo, un interés puramente cortoplacista, de intentar “en tiempo record” tener lista una integración operativa que ha sido un auténtico desastre y más con la falta de personal estructural en la mayoría de las zonas, que sumado a los cursos Mifid, los cursos Neo, los de seguros, la presión comercial que no ceja…hace que la plantilla esté al borde del colapso.
Mientras a ustedes se les ve tan frescos. Porque todavía estamos esperando un gesto de reconocimiento de esos errores por su parte. Y, ante todo, soluciones. Y esas soluciones, además de técnicas y operativas, son, reconocer y solucionar esa falta estructural de plantilla que nos está machacando. Literalmente.
¿No es usted quien siempre ha dicho que el aspecto más relevante a resolver de la situación de Bankia era la situación anímica de los empleados por delante de la situación financiera de la entidad y de sus problemas reputacionales?
¿Por qué no pregunta a la plantilla de Bankia si se siente más optimista y afortunada que hace unos años? Ud. mismo dice que escuchar es clave. Pues bien: escuche a sus empleados, pero sin corifeos, y comprobará de verdad en lo que se ha convertido el estilo directivo de Bankia, la motivación, el liderazgo…
De Ud. depende que esta espiral de presión, estrés, frustración y amargura en la que una parte importante de la plantilla está inmersa, continúe o dé un giro hacia lo que dice. En sus palabras: “la falta de ética en los proyectos empresariales no es sostenible en el medio y largo plazo por los riesgos reputacionales ante una sociedad cada vez más exigente”.
Por una vez estamos de acuerdo con Ud.