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¿Qué hay de lo nuestro? (De lo de ellos, ya hemos ido sabiendo)

Han transcurrido ya casi tres meses desde la aciaga mañana del 7 de Junio, momento en que a través de medios de comunicación, fuimos sabedores que haciendo un gran esfuerzo y con una gran dosis de generosidad, el Banco de Santander adquiría por el valor de un euro al Banco Popular. Han transcurrido tres meses en los que siguiendo con la tónica inicial, nos hemos podido ir informando lo que acontenció, a través de los medios de comunicación. Han transcurrido tres meses en los que nadie ha tenido la gallardía ni el decoro de informar a la plantilla absolutamente de nada. Eso sí, ha habido mucha premura para “pillar cacho” con la venta de parte de la cartera de inmuebles al fondo buitre Blasckstone y del mismo modo, la ha habido para reclamar a Hacienda unos importes que el banco cántabro entiende le corresponden tras la generosa adquisición.

Paralelo a todo lo anterior, llevamos sufriendo tres meses en los que el manejo de la presión se le ha ido de las manos a alguno de nuestros mandos intermedios. Recordamos el artículo publicado por un medio digital a comienzos de este mes de Agosto titulado “La presión sobre los trabajadores del Popular es insoportable desde la compra del Santander”, en el que se hacía eco de ello, incluso citaba textualmente la inadmisible arenga de un conocido Director Regional a los trabajadores. Si con los latigueros titulares ha sido insufrible, durante el mes de Agosto les ha tocado realizar esa ingrata labor a los compañeros de las Direcciones Regionales que han trabajado durante el mes de Agosto.

Damos por hecho, que estos mismos niveles de tensión que hacen extensibles a la plantilla estos mandos, son los mismos que expresan en las reuniones con los directivos del Banco de Santander para hacerles saber que los equipos están en una situación límite, que la mayoría se sienten expoliados tras la pérdida de las acciones y la correspondiente obligación de continuar pagando los anticipos correspondientes y que las oficinas están bajo mínimos (de ánimo y de efectivos), luchando por conseguir unos objetivos cuyo único fin es rellenar una estadística para que estos responsables puedan quedar bien ante sus superiores. En CGT entendemos que de no ser así, estarían haciendo un ejercicio de cobardía digno que no podemos pasar por alto.

Y así con todo, nos vamos a presentar en el mes de Septiembre sin que se haya realizado ninguna comunicación del rumbo que vamos a tomar o hacia que dirección nos van a llevar, ni quienes ni como lo van a hacer. Esperaremos ansiosamente los artículos de prensa.

Salud

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