Desde de la Sección Estatal de CGT queremos denunciar públicamente el acuerdo entre el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social y Cruz Roja Española que busca la agilización de las notificaciones de denegación para los solicitantes de protección internacional que se encuentran dentro del programa del Ministerio gestionado por Cruz Roja (entre otras entidades).
El programa para solicitantes de protección internacional es un recurso al que las personas que piden asilo pueden acogerse y que garantiza el alojamiento, manutención, etc. Mientras esperan la resolución a su solicitud de protección internacional. El programa tiene una duración máxima de 24 meses.
El derecho de asilo es un derecho humano internacional reconocido en la Constitución Española desde 1978 y en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea de 2007. ¡No es únicamente una cuestión humanitaria!
Sin embargo el sistema de asilo está totalmente colapsado lo que supone que las personas solicitantes deban esperar meses para la primera entrevista en la oficina de asilo así como para el posterior ingreso al programa. Ante esta situación muchas personas se ven obligadas a dormir en la calle dado que carecen de medios para su sustento.
En lugar de dotar a la oficina de asilo de más personal y adaptar los recursos a la nueva realidad, el Estado acuerda con las entidades que gestionan el programa, lo que se traduce en que éstas colaboran en las notificaciones de las solicitudes denegadas para agilizar así las expulsiones del programa.
En esta línea, y mediante circular fechada de 12 de agosto, Cruz Roja informa a sus trabajadoras del acuerdo entre las partes, justificado por la necesidad de liberar plazas en el sistema de acogida. En este sentido reconocía que la mayoría de expedientes de solicitantes de asilo son denegados y no pueden ser expulsados del programa por la demora que también recae en las notificaciones hasta ahora, así que Cruz Roja saca a relucir su neutralidad y asume la tarea de colaborar en la notificación a los solicitantes para que los actos administrativos tengan efecto.
En dicha circular Cruz Roja da instrucciones precisas a las trabajadoras para que se aseguren que las personas usuarias han sido notificadas a la par que contempla mecanismos para obligarlas a ir a recoger las denegaciones y que van desde las amonestaciones a la expulsión del programa.
Cabe explicar que una notificación denegatoria supone la expulsión del programa, es decir la pérdida de alojamiento, manutención y la obligatoriedad de abandonar el centro de protección internacional en 15 días o el fin de las ayudas en el caso de encontrarse ya fuera del centro. A parte de la finalización del programa hay que recordar que una denegación supone quedarse en situación irregular por lo que estas personas se quedan en una situación realmente complicada de la noche a la mañana.
Según las instrucciones de Cruz Roja, las responsables de presionar al usuario para que recoja la notificación somos las trabajadoras técnicas que nos vemos en la contradicción de trabajar en contra del bienestar de la persona usuaria y en pro de la burocracia estatista.
Cabe decir que esta medida supone menos tiempo para ofrecer a la persona solicitante herramientas que le ayuden a salir adelante en la sociedad, lo que se agrava en los casos más vulnerables y con necesidades especiales, y lo que se supone que tiene como objetivo este programa.
Por supuesto, no estamos de acuerdo con esta circular. Entendemos que el responsable de cualquier notificación es el Estado, tal y como lo recoge la ley de procedimiento administrativo común, y peor aún, que las mismas trabajadoras no debemos vernos obligadas a colaborar en algo que va en contra de nuestro trabajo, ya que entendemos que esta medida fomenta la exclusión social y no lo contrario. Es por ello que el pasado día 8 de noviembre presentamos por registro un comunicado al respecto a la Secretaría General de Cruz Roja Española sin haber recibido respuesta por su parte al respecto.
Por lo tanto, denunciamos la hipocresía de Cruz Roja Española que alardea de neutralidad y de tener a la persona en el centro de la intervención mientras no le tiembla el pulso en hacer una tarea que no le corresponde y que va en contra del bienestar de las personas que supuestamente tiene que asistir.
De igual modo no olvidamos la mayor, que es la Europa fortaleza que cierra sus fronteras a las personas que se ven obligadas a huir de diferentes situaciones, muchas de las cuales son el resultado de su política exterior.