Coincidiendo con las notificaciones del sistema de contribuciones a la plantilla, hemos detectado dos casuísticas relacionadas entre sí suficientemente graves como para denunciarlas públicamente.
Por un lado y, pendiente de confirmar porcentajes una vez se hayan oficializado los resultados, hemos observado un sensible incremento en las catalogaciones bajas, ahora «A» antes «REGULAR O MALO». Todos conocemos las consecuencias que en los últimos ejercicios comportaba estar calificado dentro de este segmento, incorporarse al «Pool de bajo desarrollo» ahora «Engagement». Pues si esto no fuera suficiente, después del actual proceso de catalogación, se ha podido constatar que el banco ha iniciado una campaña agresiva desde TALENTO y CULTURA que tiene como objetivo conseguir una reducción de plantilla de manera drástica utilizando herramientas y modos suficientemente duros como para, insistimos, denunciarlo.
La estrategia consiste en: justo después de notificar la catalogación, mantener una reunión con los afectados para trasladarles de forma clara que son personas no aptas para trabajar en BBVA, y que el banco no cuenta con ellos, pues no tienen el perfil idóneo. Poniendo acto seguido sobre la mesa una serie de medidas para dejar la empresa, bien sea temporalmente, vía excedencia «voluntaria» o definitivamente aceptando propuesta económica para marchar «voluntariamente».
Desde que se produjo la reciente integración de CX han sido continuos los bombardeos informativos por parte del banco, en la línea de que la plantilla en el territorio catalán está totalmente sobredimensionada, curiosamente después de haber realizado una reestructuración vía ERE de la Caja que acababa de adquirir BBVA, donde ya se produjeron salidas traumáticas.
Bien, ahora nos encontramos dentro de una campaña de “limpieza” donde todo vale para adelgazar la plantilla, que nos hace pensar que el banco ya lo tenía todo estudiado y que no es más que una continuación del ERE de manera encubierta.
La presión que reciben nuestros compañeros para que tomen la decisión de tirar la toalla y marcharse del banco no es lícita y te invitamos a denunciarla, si sucede. Por otro lado, también queremos que los responsables de realizar las calificaciones del personal tomen conciencia de lo que implica catalogar a alguien en estos parámetros.
Toda calificación subjetiva de por sí, es perniciosa, pero en las circunstancias actuales implica formar parte de una campaña orquestada para despedir a la gente, por mucho que se quiera disfrazar llamándolo medidas voluntarias.
Desde la CGT os animamos a denunciar estas prácticas tanto si os afectan a vosotros como si sois conscientes de que se producen en vuestro entorno.
Sólo juntos podemos hacer frente a las injusticias.