La crisis financiera internacional trasladada a España ha provocado la DEVALUACIÓN del valor del trabajo. Ya que no podían “devaluar” la moneda, han devaluado el trabajo. De este modo, alcanzado ya en 2016 el PIB previo a la crisis, el “peso” del coste laboral ha disminuido y los márgenes empresariales mejorado con respecto a la situación previa. No se han reducido otros costes como los dividendos comprometidos, los costes de instalación ya que España es cara en ellos, los salarios extra-convenio o las grandes cifras de los Directivos.
Según el Banco de España, con datos de la EPA 1 T/2017, los salarios de quienes se incorporan al mercado laboral son un 24% inferiores a los que cobran quienes ya tienen empleo.
El mercado de trabajo entre 2012 y 2017 ha experimentado un empobrecimiento y precarización: 3.100 personas asalariadas menos con contrato indefinido y 193.000 más con contratos Temporales.
Los Sindicatos institucionales no han gestionado correctamente la posición laboral en la crisis, ya que sus 2 Acuerdos Estatales de Negociación Colectiva (AENC) firmados en estos años, han reproducido el esquema de sacrificio salarial a cambio de un hipotético “freno” a la destrucción de empleo. El sacrificio se concreta con una cifra tope en las subidas salariales, mientras que el evitar destruir empleo, queda en un mero enunciado de intenciones en pro del “menor daño posible”. ¡OJO! Esos mismos Sindicatos están en estos momentos recorriendo el mismo camino de un nuevo AENC.
¡No escarmentamos!