Por todos es conocido el reciente cambio del gobierno de la nación. Sin entrar a valorar nuestros gustos y simpatías por unos u otros, sí somos conscientes de que dicho relevo pudiera producir variaciones en la política laboral seguida hasta ahora por el gobierno saliente.
En CGT estamos esperanzados de que así sea y que de forma fulminante se reviertan las dos reformas laborales que hemos sufrido los trabajadores y trabajadoras de este país con la excusa de la crisis económica, que nunca nosotros provocamos. Nuestro sindicato desde el minuto uno va a dirigirse a distintas fuerzas parlamentarias solicitándoles la derogación tanto de la Reforma Laboral de Rajoy como de la de Zapatero. Esta medida ha de ser demandada por todos los trabajadores y por todas las organizaciones sindicales que se tengan como tales.
Pasados ya los momentos más letales de su crisis, no entenderíamos que tras un gobierno que se declara progresista y valedor de los intereses de la clase trabajadora, no hubiese una decisión en ese sentido y se volviera nuevamente a prestar oídos a las organizaciones empresariales que ya solicitan al nuevo presidente que no se modifiquen los privilegios que han atesorado y que tan bien les ha venido para tomar arbitrariamente decisiones en contra del empleo y de las familias de miles de trabajadores y trabajadoras. Posiblemente, vivamos en lo inmediato momentos de nerviosismo en sus cúpulas, sobre todo aquellas con decisiones aun pendientes como es el caso del Grupo Santander, teniendo prisa por cerrar asuntos pendientes al amparo aun de la actual legislación.
Derogar dichas reformas igualmente acabaría con las superfluas excusas para la inacción que desde otras organizaciones sindicales se han esgrimido en los últimos años para justificar sus conductas colaborativas con las empresas y sus intereses. Entendemos que dichos sindicatos actuarán con la debida prudencia y paralizarán las negociaciones que tengan en curso y que estén moduladas por los contenidos de las actuales reformas a la espera de lo que legislativamente pudiera acontecer a este respecto.
La negociación sobre homologación de condiciones, la modificación de condiciones sustanciales en el contrato de trabajo atendiendo al actual artículo 41 del ET que pretende imponernos una jornada partida en el seno de nuestra empresa y el pretendido y previsto ERE a la plantilla de la Red son contenidos que necesariamente se verían afectados en caso de derogación de las reformas laborales. Por ello, CGT solicita a todas las organizaciones sindicales que no vayan más allá en cualquier negociación que pudiera hacer que las condiciones del empleo, y el empleo en sí, sufriera una afectación negativa a los intereses de la clase trabajadora.
Es el momento de presionar y demandar a la clase política justicia social, justicia laboral y justicia económica. La riqueza que generamos los trabajadores debe ser justamente distribuida haciéndonos partícipes de esa tan cacareada recuperación económica en la que estamos inmersos. Las amenazas y los miedos han de cambiar de bando.
Llega un momento crucial para avanzar en derechos. CGT va a mantenerse activa, tal y como es nuestra costumbre, para solicitar desde todos los frentes posibles que esta vez sí, sea oída la voz del conjunto de los trabajadores. Solicitamos y esperamos la compañía de todos y todas.