La teoría del caos explica que el resultado de algo depende de distintas variables y que es imposible de predecir. La CGT sí que puede predecir algo: de un acuerdo infame e inaplicable deriva el desconcierto y el cataclismo de la poca organización que quedaba en la red.
El pasado día 26, obviando el sentir general de toda la plantilla, los autodenominados “sindicatos responsables”, finalmente inmolaron un derecho histórico: NUESTRO VALIOSO HORARIO, camuflándolo en un acuerdo de homologación de condiciones lleno de trampas. No vamos a desgastarnos una vez más explicando lo obvio y recriminando que, además, tengan la DESFACHATEZ de abanderarse como los que velan por una conciliación familiar real e igualitaria; Resultaba grotesco como el sindicato de los “besitos” lanzaba a sus delegados por las oficinas a toda prisa (con guion por si se les olvidaba) y convocaba asambleas para explicar lo bueno que es trabajar por las tardes……ja.
Tampoco nos molestaremos en hacer notar como este banco tras DERROCHAR miles de euros para dotar a la plantilla de móviles, portátiles y todo tipo de elementos para que la gente pudiese trabajar las 24 horas del día, aún no le parezca suficiente y vuelva a las antiguas políticas de esclavitud del “presentismo”, esta vez de forma legal, avalados por un acuerdo.
Es evidente para cualquiera que sepa leer: en este despropósito en forma de acuerdo, las GRIETAS Y CONTRADICCIONES aparecen conforme se va analizando. Por un lado, las cuentas no salen: excluyendo los dos meses de verano, más vacaciones, puentes, semana santa, etc. lo de las dos tardes (mínimo 100 al año) parece que empiezan a convertirse en tres. Lo normal, cuando a los que deciden y a sus palmeros se les olvida sumar….
Sumar y al parecer multiplicar también, porque el engendro 2×1 (para los que lo desconozcan es un amasijo de las dos redes en una sola oficina) se ha convertido en el proyecto estrella para el destino de los trabajadores provenientes de cierre de oficina. Quizás la premura del banco por eliminar gastos se convierta en una megalítica demanda por vulneración de la Ley de Protección de Datos…al tiempo.
Por otro lado, cada oficina Smart tiene una situación diferente y en algunas de ellas sólo existe una figura de las “agraciadas” con el nuevo horario, pero claro, siempre habrá “voluntariedad” para acogerse a estas nuevas condiciones. Posiblemente sea como todo lo que en esta casa se obliga “voluntariamente”.
No queremos terminar sin mención especial de l@s subdirectores/as. De tod@s es sabido que muchas veces se ven obligad@s a ampliar su jornada ya que son l@s chic@s para todo. Son l@s responsables de todo lo que pasa en la oficina, de la totalidad de la labor operativa y su supervisión amén de tener una aplastante carga comercial. Este acuerdo no contempla su situación: si no se adhieren al nuevo horario, seguirán trabajando sin la limosna de los 3.500 euros brutos, y si se allanan no podrán cumplir dicho horario y harán muchas más horas que el resto. El puesto de subdirección exige entrar a las 8:00 y nunca salir antes de que la oficina esté cuadrada, por lo que no es posible entrar de 8.30 a 9:00, ni salir antes de las 15:30, por lo tanto, vuelven a ser los eternos ningunead@s y perjudicad@s.
Día tras día surgirán casuísticas y problemas que tendrán que solventar las plantilla perjudicadas y abandonadas a su suerte.