El 24 de julio desde CGT presentamos demanda de impugnación del acuerdo que habilita al Banco a abrir las oficinas SMART por las tardes. Un acuerdo que acaba definitiva e irreparablemente con la jornada continua tradicional de Banca.
El pasado 26 de junio algunos sindicatos firmaron con la Empresa el denominado “Acuerdo colectivo de Jornada y Horarios En Oficinas SMART”. Un acuerdo que, a cambio de nada, legaliza definitivamente la apertura de las oficinas SMART por las tardes. Una apertura que debía haberse llevado a cabo hoy, 17 de septiembre, pero que por la desorganización que impera en esta Empresa, finalmente, salvo nuevo retraso, será el próximo lunes 24.
Y decimos a cambio de nada, porque realmente es así. Algunos están tratando de justificar su firma, engañando con el mayor descaro del mundo a la plantilla, vendiéndole la consecución de unas supuestas compensaciones, traducidas en determinadas retribuciones variables y ascensos de categoría, obviando el “pequeño detalle” de que quedan supeditadas al cumplimiento de unos objetivos, siempre imposibles de alcanzar, fijados unilateralmente por la Empresa y a unas excelentes evaluaciones del desempeño, como bien sabemos, subjetivas y por tanto fácilmente manipulables. Por tanto, ambas compensaciones son realmente papel mojado.
A esto, hay que añadirle la falacia que están transmitiendo, relativa al cumplimiento de dos tardes a la semana, cuando la propia redacción del acuerdo dice expresamente que deberán trabajarse “mínimo 100 tardes”. Hecho este que hace que, para alcanzar esa cifra, realmente se tengan que trabajar 3 o incluso las 4 tardes laborables de la semana, dependiendo de la fecha en la que se disfruten las vacaciones.
Otra de las medias verdades que se dicen alegremente es que el horario es voluntario, y que por tanto, quién no quiera cumplirlo puede solicitar el traslado a otra oficina con horario universal. Esto sería cierto si fuera obligatorio para el Banco, lo que ocurre es que el acuerdo dice literalmente que la petición “se procurará siempre que lo posibiliten las necesidades organizativas y de servicio”. Es decir, otra vez no existe ninguna garantía, quedando nuevamente su aceptación al albur de la Empresa. Es más, hasta la fecha no tenemos conocimiento de que ninguna solicitud realizada, que las hay, haya sido aceptada y ejecutada.
Aprovechamos, pese a lo indicado en el párrafo anterior, para recordar a quienes no lo hayan hecho por desconocimiento y no puedan realizar el horario partido pactado, que tienen hasta el 26 de septiembre para solicitar que este no les sea aplicado, bien por ser cambiado de función o bien por ser reubicado de oficina.
Desde CGT ya sabemos que, a estas alturas de la película, todo lo dicho anteriormente, lo conocéis perfectamente y, por tanto, con esas medias verdades, por más que las difundan interesadamente a través de la prensa y de vergonzosos videos, dónde la ética y la estética brillan por su ausencia, no os van a convencer de las supuestas bondades del acuerdo. Es más, sois conocedores, de las verdaderas intenciones de la Empresa, porque desde Recursos Humanos ya os las hicieron saber. Trabajar, sí o sí, todas las tardes de lunes a jueves.
Lo triste es que todos los sindicatos presentes en la mesa de negociación ya sabíamos de esas espurias intenciones. Una mesa dónde el Banco jugó, como hacen los tramposos, con un AS bajo la manga. Un AS que lejos de esconderlo, lo enseñó desde el primer día, consistente en la amenaza de implantar unilateralmente un horario en caso de que los sindicatos no aceptásemos sus pretensiones. A pesar de la citada amenaza y el fraude a la negociación que ello suponía, unos se plegaron nuevamente a los intereses de la Empresa, mientras que otros, nos resistimos a aceptar ese órdago envenenado.
Desde CGT tomamos la determinación, en defensa de los intereses de la plantilla, de denunciar a los tramposos ante la Audiencia Nacional, solicitándole a esta que anule lo acordado. Juicio que se celebrará el 17 de octubre.
Hasta la fecha, alguno de los no firmantes, aquel que ahora enarbola la bandera de la defensa de los derechos de los y las trabajadoras, olvidándosele que ha sido firmante de todos y cada uno de los acuerdos, muchos de ellos nefastos, existentes en la Empresa, no se ha adherido a nuestra demanda. Hemos de decirles que ahora ya no es tiempo de acción sindical. Ya es tarde para salir a la calle, nosotros ya lo hicimos, tristemente en solitario, durante la fase de negociación, mientras ellos prefirieron en lugar de sumarse, mirar para otro lado. Ahora es hora de defender esos derechos en el juzgado. Veremos si de verdad esa es su pretensión o realmente sólo buscan una foto que presentar como aval en las próximas elecciones sindicales a celebrar en febrero de 2019. La respuesta en breve.
¿Apostamos?