Si le dices a alguien que curras en una empresa tecnológica posiblemente le venga a la cabeza una imagen de esas oficinas de ensueño donde hay de todo para procrastinar, que hay miles de facilidades para hacer el trabajo mejor, vamos, que es un sitio brutal para trabajar. Pero los que estamos dentro sabemos que esas son las excepciones o simple atrezo.
Y lo decimos desde dentro de una de las grandes (como todas sí), porque Getronics y lo que llaman el Global Workspace Alliance, no puede decirse que sea una empresucha.
El caso es que hoy hemos pensado en contaros algunas de las cosas superchulas que tenemos en nuestras oficinas para desmitificar los lujos que algunos presuponen a este sector.
– Mobiliario con muchos años que no se renueva hasta que se cae a trozos y se amenaza con Inspección de trabajo.
– Equipos informáticos vintage, la mayoría con más de 5 años y algunos con más de 10!! Imaginaos las de horas perdidas en tiempos de espera. Hay hasta algún ratón de bola!!
– «Seguridad» y «Prevención» son palabras del gaélico para nuestra empresa. Ya os hemos contado lo en serio que se toman los simulacros, pero solo hace falta dar una vuelta por la oficina para ver nuestros maravillosos sistemas eléctricos.
– Internet totalmente capado. Tenemos cerrado el acceso a cualquier nube o sistema de almacenamiento online, por temas de seguridad alegan, pero que nos impide descargar ciertos programas o consultar documentación. También está limitado el ancho de banda a páginas como YouTube, es de imaginar que es por la productividad, pero ahí también hay miles de tutoriales de tecnología a los que no podemos acceder porque es imposible reproducir un vídeo a la suficiente calidad como para leer el código o ver lo que pasa en pantalla.
– En oficinas como las de Madrid, una de las grandes oficinas de la empresa a nivel mundial y que algunos dicen que es la joya de la corona, no tenemos agua caliente en los baños. De hecho ha pasado varias veces que nos quedemos sin agua en la manzana y los baños se vuelvan un vertedero.
– Puertas de acceso rotas que se abren con la mano, lo que permite a cualquiera acceder a las oficinas, sin tornos, ni control ninguno. Porque otras de las ideas preconcebidas que tenemos es la superseguridad de las empresa de tecnología.
– Por contra en otras oficinas como la de Coruña pocos tienen las tarjetas de acceso, por lo que es normal tener que esperar 15 minutos hasta que aparece uno de los 5 elegidos para abrir. Si no puedes colarte por una ventana (y no, no es broma).
– Qué decir de los sueldos, congelados desde hace 10 años en la práctica totalidad de la plantilla, o incluso reducidos a través de Modificaciones Sustanciales… Pero ahora la moda es conseguir gente con becas, de FP o cualquier tipo de prácticas, pagando el mínimo legal. Un caso flagrante es el de un grupo de FP dual, que han estado un año trabajando por 300€ brutos que les pagaba la Comunidad de Madrid y que la empresa no aportaba nada, ni un triste bonobus…
– Primar el presencialismo por encima de cualquier otra habilidad o conocimiento. Lo importante no es tanto trabajar si no hacer que trabajas. Por tanto la conciliación familiar no se lleva bien con este sector.
– Relacionado con lo anterior las reducciones de jornadas siguen estando mal vistas y se habla de privilegio en lugar de derecho. En estas empresas el colectivo de reducción de jornada pasa a ser de segunda clase, siendo complicado acceder a proyectos en cliente por el bloqueo que pone la propia empresa.
– Favoritismos a la hora de otorgar ciertas políticas que venden como mejoras para todos. Por ejemplo el teletrabajo sigue siendo incompatible con las reducciones de jornada o las desasignaciones.
– Como en casi todas las consultoras se nos trata como objetos para comercialización y facturación, solo importa la facturación. A nadie le importa si estás bien o mal en el cliente, si realmente te han colocado en un proyecto adecuado a tu perfil o si tienes que recorrerte media provincia para ir a tu puesto de trabajo.
– La formación es nula. Las certificaciones o formaciones de nuevas tecnologías están totalmente fuera de nuestro día a día. En cualquier otro sector que requiere formación continua se asume que es la empresa quien tiene que responsabilizarse de formar a su plantilla, consiguiendo así optimizar su trabajo. Aquí lo que se lleva es el «búscate la vida y si no a la calle».
– Planes de carrera o promoción interna totalmente inexistentes. Al no haber subidas de sueldo ni formación, si entras con una categoría, con ella te quedarás.
– Y cómo no… los ya cíclicos despidos sin más razón que la de las pérdidas imaginarias o cualquier otro motivo, impidiendo tener una estabilidad real en nuestros trabajos.
Total, no es que sea el peor sitio para trabajar, pero desde luego se aleja mucho de lo que se vende desde la patronal del sector y que no tiene nada que ver con los enormes beneficios que anualmente declaran.
Si queremos que todo esto cambie y mejorar las condiciones en este sector, solamente nos queda la lucha y el estar unidos. No es solo labor del molesto sindicalista. La fuerza y la presión la hacemos todos y todas. Te animamos a reclamar lo que te corresponde y a protestar por lo que consideras injusto en tu día a día. Callarse y conformarse conlleva a más precariedad.