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Wizink pretende convertir el Registro de Jornada en un “Control de tiempos” con el que blanquear las horas extraordinarias fraudulentas

Han tenido que transcurrir muchas denuncias, demandas judiciales, y actuaciones sindicales, en todos los sectores y por todo el Estado, siempre con la oposición del empresariado, para que finalmente se promulgase el Real Decreto-ley 8/2019, de 8 de marzo, y el Registro de Jornada pueda ser una realidad con la que poder poner fin a las interminables prolongaciones diarias de jornada, que han supuesto la realización de millones y millones de horas extraordinarias que no han sido retribuidas ni cotizadas a la Seguridad Social.
Este RD dispone que “La empresa garantizará el registro diario de jornada, que deberá incluir el horario concreto de inicio y finalización de la jornada de trabajo de cada persona trabajadora, sin perjuicio de la flexibilidad horaria….”.
Dado que el propio RD establece que será de aplicación a los dos meses de su publicación en el «Boletín Oficial del Estado», el Registro debería estar operativo desde el pasado 12 de mayo.

Ante todo, para descartar malentendidos, y para tranquilidad de los trabajadores que no tienen un amplio conocimiento de la legislación laboral, hemos de decir que el Registro de Jornada no tiene por qué afectar a la flexibilidad horaria. Son dos cosas distintas y perfectamente compatibles. El registro consiste en reflejar cuándo (momento) se realiza la jornada laboral, mientras que la flexibilidad es la posibilidad de un margen temporal para realizarla.
Por tanto, el registro es una obligación legal que hay que cumplir, sí o sí, y eso innegociable, y la flexibilidad es una circunstancia totalmente negociable, que desde CGT propiciamos por entender que puede servir para favorecer la conciliación de la vida laboral y familiar.

Así las cosas, las empresas que hasta la fecha no han tenido voluntad de acometer este asunto, ahora vienen obligadas con urgencia a su cumplimiento.

Es el caso de WiZink Bank y WiZink Gestión, que para justificar su demora, pretenden aparentar que están inmersos en una negociación con los sindicatos, convocándonos a unas reuniones a las que llaman “grupo de trabajo”.
Pero para poder negociar, antes hay que precisar el objeto de esa negociación. Qué es lo que se pretende acordar.
Así, mientras para CGT eso consiste esencialmente en el registro diario, de forma inmediata y efectiva, de la entrada y salida en el trabajo, lo único a lo que obliga expresamente el RD y que ya debería estar totalmente operativo, la empresa pretende aprovechar la ocasión para lo que llama “contemplar los supuestos excepcionales que puedan darse y su tratamiento”, que en la práctica consiste en registrar todo tipo de pausas que se producen durante la jornada y establecer cuál de esos tiempos se han de recuperar.

Con esta forma de actuar, la empresa pretende conseguir:

Primero, suspender la operativa de registro del comienzo y finalización de cada jornada de trabajo (algo ya obligatorio), hasta llegar a un acuerdo posterior sobre el conjunto del tiempo de trabajo (materia no obligatoria y que es negociable). De esta forma, aplaza en el tiempo su obligación, y mientras tanto, con la excusa de que está negociando con los sindicatos, busca evitar ser sancionada por la Inspección de Trabajo ante su incumplimiento.

Y segundo, y más grave, como hemos anticipado, es que esos “supuestos excepcionales” de los que habla la empresa, no son otra cosa que lo que antiguamente era un “control de tiempos”.
Según el programa informático que nos ha presentado para ese registro, la empresa pretende que la jornada de trabajo comience cuando el empleado encienda su ordenador, independientemente del tiempo que haya transcurrido desde que ha accedido a las instalaciones de la empresa y por tanto ya está a disposición del empresario.
Además, en ese programa pretende que se registren todas las pausas que se producen al cabo de la jornada, totalizando el tiempo de trabajo al final de cada día, una vez descontadas las pausas o interrupciones que según ella no son computables como tal tiempo de trabajo. A modo de ejemplo, y para mejor comprensión de la situación, diremos que el Director de Relaciones Laborales, Sr. Escribano, entiende que ir al cuarto de aseo, no es tiempo de trabajo y hay que restarlo.
Una vez totalizado el tiempo según sus criterios, lo que falta hasta completar la jornada laboral fijada es recuperable o compensable, según el caso, mediante trabajo fuera del horario establecido.

De esta forma, arañando tiempo de aquí y de allá, le va a servir para justificar y compensar las innumerables y habituales prolongaciones de jornada que se producen, no teniendo ya que abonar esas horas adicionales. Dicho más gráficamente, aprovechando que ahora tiene obligación de registrar la entrada y salida del trabajo, la empresa pretende establecer un sistema de control de tiempos con el que “blanquear” las horas extraordinarias que se realizan y no se abonan.

Finalmente, por si fuera poco, con este sistema informático de control, la empresa va a disponer de un medio más para ejecutar sus restructuraciones de plantilla, pues igual que se ha servido de las “evaluaciones de desempeño” para comparar a los trabajadores de un mismo departamento e incluirlos en el reciente ERE, también se va a servir de este control de tiempos para poder efectuar otra comparación.
Para facilitar esta circunstancia, la empresa propone que el registro no sea inmodificable, sino que pueda ser alterado por el propio trabajador. ¿Qué alternativa le queda al trabajador cuando su supervisor de turno le presione para que lo modifique a conveniencia de la empresa?
A eso le llaman un sistema “fiable”.

Desde CGT no estamos dispuestos a consentir que WiZink imponga unas condiciones abusivas sobre tiempo de trabajo.

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