En los últimos meses y ante las denuncias de CGT, la Inspección de Trabajo ha levantado actas de infracción contra BBVA, en Huesca y en Madrid, por sus actuaciones en: “Pool de bajo desempeño o Seguimiento” y “Evaluación de Riesgos Psicosociales”.
Os hemos ido informando de que BBVA se niega a utilizar una metodología útil y reconocida por el Ministerio de Trabajo, para detectar riesgos sobre la salud psicosocial de su plantilla. Muy al contrario, conocedores de que es la propia organización la que los provoca, algunos “responsables”, idearon un método que se ha mostrado infalible en no detectar tales riesgos. Dotándose así de un entorno seguro para seguir en la presión desmedida, uno de cuyos tóxicos frutos ha sido el “pool de bajo desempeño”, “Engagement” o “seguimiento”.
Nuestros intentos de participación para la cordura, desde dentro y fuera del Comité Estatal de Salud, han chocado cuando menos con su negativa. Apoyándose en un supuesto aval, al que no dejan ver la luz ni siquiera a re- querimiento de la Inspección de Trabajo, han seguido utilizando una metodología incapaz de detectar riesgo alguno en las más de setecientas oficinas en las que anualmente se aplica.
Como consecuencia hemos tenido que denunciar ante la I.T., que nos vuelve a dar la razón levantando actas de infracción contra BBVA en Huesca (julio 2020) y Madrid (enero 2020), alguna de cuyas inequívocas amonestaciones os reproducimos a continuación:
“… unas evaluaciones de riesgos de carácter psicosocial de las que no consta la participación que se haya dado a los representantes legales de los trabajadores, un método de realización de las mismas que obtiene una garantía de confianza avalada por un informe de la UCM que la empresa no expone ni a los representantes legales de los trabajadores ni a la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, antes al contrario expresamente se niega a ello, una falta de evaluación de riesgos psicosociales en las situaciones forzosamente estresantes de «Seguimiento» o ”pool de bajo desempeño», una evaluación de un centro de trabajo incapaz de detectar una situación de deficientes condiciones de trabajo de carácter psicosocial y una conducta de la empresa con nula disposición a cumplir sus obligaciones en la materia en el caso individual comprobado, estos dos últimos aspectos en relación con el caso individual señalado”.
Ante la negativa del Banco a facilitar (ni a la Inspección ni a la representación de los trabajadores) la documentación sobre su metodología, la Inspección añade:
“Además se ha informado a la Dirección Territorial/Jefatura de esta Inspección de Trabajo y Seguridad Social sobre la conveniencia de pedir al Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo informe sobre las características del sistema BBVA-Psico utilizado por la empresa y su validez para la realización de evaluaciones de riesgos psicosociales con las garantías de fiabilidad exigidas por la normativa vigente…”
En relación al sistema del “Engagement” en concreto, la I.T. de Huesca indica:
“La evaluación de riesgos examinada incluye…, pero NO SE INCLUYE NADA DEL BAJO RENDIMIENTO O ENGAGEMENT ni se indica nada de las herramientas o medidas que utiliza el área de gestión de Talento y Cultura. No es un método transparente ni objetivo, no lo conocen los representantes legales de los trabajadores, ni los propios trabajadores (puesto que según informan es cada plan individual para cada situación particular del trabajador, y lo conoce cuando ya está afectado por el mismo), ni hay establecido ningún plan de formación mejora para los trabajadores de dicho grupo (o al menos que se conozca)…”
Resultan curiosas, por inexactas, algunas afirmaciones del Banco en sus alegaciones ante la I.T.: “Es importante destacar que estas actuaciones, encaminadas siempre a mejorar el desempeño de un empleado, se toman de común acuerdo entre 3 intervinientes, Talento y Cultura, el responsable jerárquico y el empleado…”. “Le indico también que el uso de esta herramienta no tiene ninguna consecuencia para el empleado”.
Afirmación que contrasta con los hechos, toda vez que han utilizado supuestos resultados del uso de su “herramienta“ en ocasiones para despedir y, sin embargo ahora lo disfrazan, ante la Inspección, bajo un “…ninguna consecuencia para el empleado”.
Quienes imponen sistemas ilegales y perniciosos para la salud de sus trabajadores y los ocultan o disfrazan ante las autoridades legales, no trabajan a favor del futuro de una organización.
Quienes, mediante subterfugios, recursos o pagando multas, alargan los efectos de una actuación tóxica hacia una plantilla exhausta, atentando contra su salud y abocando a la Entidad al descrédito entre propios y ajenos, deberían ser tratados como se trata a la plantilla que “de común acuerdo”, entra en seguimiento.
Exigimos responsabilidad o justicia. Por si continúa fallando la primera, CGT sigue trabajando para que aflore la última.
Septiembre de 2020
