DISTOPÍA: Antítesis de lo ideal, representación de lo indeseable.
Es lo que nos estamos encontrando tras la primera ola mortal de este Tsunami que estamos padeciendo por culpa del ERE suscrito entre BBVA y los sindicatos firmantes:
Desolación, incertidumbre, escasez escandalosa de plantilla, desorganización absoluta, indignación de nuestra clientela, que nos amenaza e insulta a diario…y, sobre todo, una plantilla que sigue trabajando en precario, al borde del llanto en cuanto te ven entrar por la puerta.
Pero nuestros y nuestras “Managers”, ajenos y ajenas a todo, siguen con sus látigos pidiendo la producción diaria. Ni les vale que estemos en oficinas con mucha clientela –SÍ DIRECCIÓN DEL BANCO, SIGUE HABIENDO COLAS EN MUCHAS OFICINAS- y una décima parte de la plantilla. Ni les vale que dicha clientela nos insulte y amenace por la imposible atención hacia ellos, especialmente este mes de agosto. Les da lo mismo todo. Y nuestra plantilla restante en el banco, sigue sufriendo. Siguen y se incrementan las ansiedades, las depresiones, en definitiva, sigue LO INDESEABLE.
Mientras esta realidad distópica sucede, nuestra Dirección Utópica lanza continuamente en nuestra Intranet mensajes que nada tienen que ver con nuestro padecimiento diario:
+ Tenemos que dar el mejor servicio a la clientela.
+ La oficina (La Red) debe seguir siendo fundamental en la relación con los clientes.
+ Nueva etapa ambiciosa desde el 1 de septiembre.
+ Ilusionar y comprometer a los Equipos.
+ ONE TEAM…
Una vez más, una Dirección alejada de la realidad, cuyos mensajes indignan a nuestra plantilla. Siguen sin aprender nada.
Desde CGT ya sabíamos que ese cierre del 83% de oficinas durante el confinamiento era un banco de pruebas perfecto para lo que querían impulsar a la fuerza: la digitalización y el cierre de oficinas.
Ello conllevaba engordar los equipos de BBVA Contigo creados hace años para atender de forma remota a la clientela, para lo cual obtuvieron el premio de un Acuerdo Colectivo en 2018 que les daba el 25% de la plantilla para sus fines. Pero claro, el Banco nunca da puntadas sin hilo, y posteriormente creó el CSE al margen del mismo. En todo este proceso, el afán desde TyC ha sido la adscripción de personal de la Red a nuevas jornadas partidas, presionando hasta el extremo a la plantilla para su aceptación “de forma voluntaria”, independientemente de si las circunstancias personales podían tener encaje en ella o no, atentando contra la conciliación familiar, sabiendo que la ley no les permitía cambiar unilateralmente las condiciones sustanciales de los contratos de trabajo… hasta que el 8 de junio de 2021 a BBVA se le da el arma definitiva: el ERE.
Un ERE que le otorga carta blanca al Banco y cuya ejecución se realizará hasta el 31 de marzo de 2022 y tras el cual vendrá una fusión con un nuevo ERE (el Banco Sabadell va por su tercer ERE, el último recién anunciado, con las mismas excusas que BBVA: la caída de operaciones en oficinas. Imaginamos que el Informe Técnico malicioso lo hará calcado la misma empresa que se lo hizo a BBVA utilizando torticeramente los datos pandémicos de 2020).
Pero todo le dará igual a la Dirección. La realidad distópica será cada vez peor y los/as dirigentes utópicos nos querrán seguir indignando con sus mensajes ilusionantes y exigentes de calidad de atención a una clientela a la que castigan a diario, como a la plantilla que aún les quedamos.
CGT BBVA SEGUIMOS A TU LADO
Septiembre de 2021
