Una vez finalizado el proceso fallido de la OPA al B. Sabadell, los inputs que se trasladan desde la cúpula de BBVA son de fortaleza y confianza en nuestra entidad que básicamente se resume en un proyecto de futuro aparentemente del todo exitoso que promete cifras récord de beneficios en resultados y una consolidación de marca en solitario que, para nada, se va a ver perjudicada por este «tropiezo» tanto empresarial como, entendemos, también reputacional para BBVA.
Por otra parte, no hay mejor forma de lamerse las heridas que haciendo un reparto histórico de dividendos a los accionistas por aquello de que las penas con pan son menos penas….
¿Pero, y la Plantilla? Esa plantilla a la que se dirigen Carlos y Onur para agradecer el esfuerzo realizado durante todo el proceso. No hay espacio ni presupuesto para acometer una serie de medidas que realmente demuestren ese agradecimiento o más bien que reconozcan su profesionalidad, no ahora, siempre.
Ya desde CGT, y coincidiendo con la negociación del ERE en 2021, se propuso un plan de prejubilaciones para evitar ese despido colectivo que, pese a que se vendió como absolutamente voluntario, forzó a no pocas compañeras y compañeros a su salida del banco o a un desplazamiento para nada deseado.
En aquel momento, el proyecto presentado suponía para BBVA un coste inferior a los beneficios de un solo trimestre, y recordemos que en aquella época se estaba saliendo de la pandemia y los resultados se vieron perjudicados por ello como bien utilizó el Banco para argumentar la necesidad de acometer ese despido colectivo que era algo menos costoso, por lo menos para la empresa.
En la actualidad podemos afirmar que esa época de «vacas flacas» ha pasado a la historia como demuestra el continuo incremento de beneficios que año tras año bate récords históricos. Paralelamente, el envejecimiento de la plantilla es una realidad y después de prácticamente 5 años tras el ERE, está claro que sería necesaria una renovación para afrontar ese esplendoroso futuro que nos prometen Carlos y Onur con savia nueva y sin la necesidad de una renovación futura
Desde CGT proponemos la apertura de la negociación entre sindicatos y empresa de un Plan de Prejubilaciones que simultáneamente debería ir vinculado a un proceso de selección de nuevo personal para que las sustituciones fueran del todo racionales y no traumáticas, sin que existiera ningún déficit de plantilla…que bastante lo tenemos ya …
Pero, de toda esta ecuación ligada al esfuerzo de todo el personal, no puede quedar fuera ese porcentaje de plantilla que no está en edad de prejubilarse y que bien merece una recompensa a su integridad y profesionalidad, insistimos histórica y no puntual ligada a este proyecto que acaba de concluir. Entendemos, igualmente, que esto debería traducirse en una gratificación extraordinaria que sería deseable que la empresa no decidiera unilateralmente y consensuara con la representación sindical.
A modo de reflexión, es absolutamente entendible que la empresa realice un reparto extraordinario de dividendos entre su accionariado, pero como hemos defendido en multitud de ocasiones, esos resultados históricos no se producen espontáneamente, son fruto de la labor incansable de una plantilla que en multitud de ocasiones paga con su salud la consecución de unos objetivos inalcanzables.
Ya va siendo hora de que esos agradecimientos estéticos en un post publicado en la intranet pasen a ser tangibles.
CGT, SIEMPRE A TU LADO


