BBVA lleva años apostando por la transformación tecnológica. Su presidente, Francisco González, considera que muchos bancos desaparecerán en un futuro próximo por la falta de adaptación a los nuevos tiempos. Pero también es consciente de que los rendimientos tardarán en llegar por las inversiones que se realicen en la reconversión hacia la nueva forma de hacer banca.
El grupo español, además de potenciar los canales de distribución propios y los sistemas operativos, ha llevado cabo distintas compras de compañías fintech en los últimos años para avanzar en este proceso de digitalización. Así, ha adquirido distintas empresas, la mayor parte fuera de nuestro país.
Los resultados cosechados en estas inversiones hasta ahora son negativos, porque este tipo de firmas exigen en un principio esfuerzos en capital para crecer y conseguir economías de escala suficientes. Acumula unas pérdidas de 78 millones en Simple, Atom Bank, Holvi y el vehículo Propel, compañías en las que ha desembolsado unos 175 millones de euros para su adquisición.
La mayor parte del agujero proviene de la estadounidense Simple, la firma tecnológica con más relevancia por su tamaño en la que ha depositado sus esperanzas. BBVA pagó 85 millones de euros a principios de 2014. Desde entonces, esta fintech con sede en Portland ha generado un beneficio negativo de 66 millones. Sólo en el primer semestre de este año, las pérdidas alcanzan los 18 millones. Pero desde enero hasta junio ha elevado un 43 por ciento el número de usuarios.
Simple, en el momento de la compra, tenía 100.000 clientes. A través de una aplicación de móvil esta firma ofrece herramientas de gasto y ahorros a los usuarios, tales como una tarjeta de crédito.
La otra fintech que más pérdidas genera a BBVA es el banco online en el que participa en Reino Unido. Atom, que fue creado a finales de 2015, registraba en junio un resultado negativo de 6 millones. BBVA inyecto 64 millones de euros en esta sociedad para hacerse con un 29 por ciento del capital, que es la primera que recibió licencia bancaria exclusivamente móvil en las islas británicas.
Buena parte de las incursiones del grupo español en firmas tecnológicas se vehiculan a través de su fondo de capital Propel, al que ha dotado recientemente con hasta 250 millones de dólares (227 millones de euros). La última operación materializada por este instrumento se ha materializado este verano Estados Unidos, en Brave, una plataforma de micropagos. Participa en un docena de firmas, entre las que destacan Taulia y Coinbase.
La intención de BBVA es continuar apostando por este tipo de firmas. Es más, González ha asegurado en alguna ocasión que a partir de ahora la estrategia de crecimiento inorgánico del banco en el exterior se centrará en bancos o plataformas digitales.