¿Y si los fines de semana tuviesen tres días?
Estar más tiempo en el trabajo no significa trabajar mejor. En nuestro país trabajamos más horas que la media europea (280 horas más que en Alemania) y estamos a la cola en productividad. Los nuevos modelos de trabajo apuestan por una reducción de la jornada que mejora la productividad, genera empleo, reduciendo el absentismo, los accidentes laborales y la contaminación de nuestro entorno.
Con los nuevos modelos de organización y distribución del trabajo, el personal es más eficiente sabiendo que la semana acaba pronto: se intenta asegurar el cumplimiento de objetivos lo antes posible. Se hace un mejor trabajo en cuatro días que en cinco al perder menos tiempo y centrarte en lo importante. Se reducen las horas extras y la sobrecargas de trabajo, ligadas directamente a un riesgo mayor de enfermar.
Estas medidas, ya implantadas en numerosas empresas de EEUU y Alemania, ayudan a combatir el desempleo, el consumismo, la contaminación, el bajo nivel de bienestar, las desigualdades, y la falta de tiempo para vivir una forma de vida sostenible, preocuparse por los demás y disfrutar de la vida, mientras aumenta la productividad, disminuye el absentismo y los accidentes laborales.
La dirección de banco Sabadell sigue apostando por un modelo anclado en el pasado que se basa en la desconfianza, en el presencialismo, en la penalización frente a la incentivación, donde priman las reuniones sin sentido que convierten nuestra jornada en una interminable tortura que afecta de forma muy negativa a nuestra salud, a nuestras relaciones personales y sociales y a la productividad de nuestro trabajo.
Las Inspecciones de Trabajo, ante las denuncias efectuadas por CGT, consideran que no puede admitirse que las empresas se aferren a la flexibilidad horaria para sobrecargar la jornada de trabajo ilegalmente. Estas ampliaciones de jornada deben compensarse o ser retribuidas y cotizadas como horas extraordinarias, exigiendo a las empresas que establezcan un sistema de registro de la jornada real del trabajador o de la trabajadora.