Con la implantación de este tipo de oficina, la entidad ha conseguido su ecuación perfecta:
Horarios singulares + jornadas flexibles + falta de un sistema de control horario = HORAS EXTRAS SIN CONTROL Y SIN COMPENSACIÓN
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Las inspecciones de trabajo y las «quejas sindicales” servirán para poco, ya que será casi imposible demostrar las prolongaciones de jornadas, que son ilegales si no se registran.
Será el emplead@ de estas oficinas el que tendrá que aportar pruebas y denunciar, si es el caso, que se le está forzando a realizar dichas prolongaciones de jornada.
Volvemos al siglo XIX en cuanto a derechos laborales y vemos cómo celebran los sindicatos firmantes haber entregado a la plantilla en “bandeja”. En breve seremos conscientes de las consecuencias de esta “alta traición”.
Desde CGT seguiremos denunciando este sistema y apoyando a la plantilla contra esta situación.