Las últimas reuniones de la pasada semana en los ERE’s de WiZinkBank y de WiZinkGestión han supuesto un nuevo peldaño que acerca a la Empresa a conseguir formalmente sus objetivos. En esas reuniones la empresa apenas atiende ya a las circunstancias que implica un ERE, sino que se centra en ofertar y responder a las contraofertas que le realizan desde otros sindicatos para causar baja en la empresa. No atiende por tanto, a aspectos tan importantes, como son las personas que no se deberían ver alcanzadas por el ERE según los criterios ella misma ha impuesto, ni tampoco a clarificar la obligatoriedad que supondrá lo negociado para los afectados por el ERE.
Además, actúa con prepotencia. Así, no ha proporcionado la lista nominal de trabajadores afectados, pero sí ha facilitado un censo salarial, donde se puede identificar a bastantes trabajadores y la retribución personal que perciben, que pasa a ser de conocimiento público. Todo un despropósito por el que habrán de responder.
De esta forma la negociación queda totalmente descompensada a favor de la empresa, quien después de fijar su posición abusiva de salida, se va moviendo poco a poco agotando los plazos hasta llegar a las condiciones que se había fijado desde un principio.
Lo que no puede ser de otra manera, toda vez que la negociación que realiza la efectúa de forma chantajista. Como ya hemos venido diciendo, por una parte incluye a trabajadores que no es necesario que causen baja en el ERE, y sólo acepta desafectarlos después si se le permite acometer los despidos que realmente pretende. Los trabajadores pasan a ser rehenes (laborales).
Y por otra, pasa a acceder ahora a las prejubilaciones, cuando se negó en rotundo durante la fase previa. Pero las admite siempre y cuando se le permitan los despidos. Esta forma de negociar resulta inmoral (lo que ya no puede sorprendernos) y repugnante, pues enfrenta entre sí a los trabajadores de la plantilla: si quieres que te prejubilen a ti, tiene que ser a cambio de que puedan despedir a tu compañero, o viceversa, si quieres que no te despidan a ti, tiene que ser a cambio de no prejubilen a tu compañero. Lo dicho, repugnante.
Siendo grave todo lo anterior, lo peor de todo es que nos toman a los trabajadores por imbéciles.
Al ser el ERE una medida muy dañina y brutal que conlleva despidos, todas las partes que en él intervienen pretenden justificar su actuación amparándose en la voluntariedad. Para CGT ha de ser voluntario, los otros sindicatos igualmente lo dicen, y hasta la empresa también lo dice.
Por tanto, y así CGT lo hemos hecho constar en esas mesas de negociación, consideramos necesario que desde ya se precise el alcance de lo que se entiende por voluntariedad, para que después no haya lugar a equívocos y todo el mundo sepa a qué hay que atenerse.
En esas Mesas, hemos dejado claro que para CGT la única voluntariedad aceptable es la voluntariedad pura y total para el trabajador, de forma que si se quiere ir, se va, y si no se quiere ir, no se le despide.
El resto de sindicatos aún no se ha pronunciado al respecto.
Ante nuestra insistencia el pasado viernes la empresa, ha terminado por pronunciarse, y ha dejado al descubierto su engaño.
La Empresa entiende que la voluntariedad queda condicionada a que se alcancen sus objetivos de número de salidas. Eso es una falsa voluntariedad, o en todo caso voluntariedad a favor de la empresa, porque de no llegarse al número de bajas que pretende, podrá despedir hasta ese límite, y por la fuerza, a quien desee.
Lo que unido al derecho de veto que se reserva, implica que de firmarse un Acuerdo de ERE con esas condiciones la empresa podrá desprenderse de los trabajadores que tiene previsto.
Insistimos en que en una Mesa de negociación lo que verdaderamente vale no son las razones que se invocan, sino la fuerza para imponerlas. Y para eso son necesarias las movilizaciones de la plantilla que deterioran su imagen. Y tiene que ser ahora, después ya será tarde.
CGT, el sindicato diferente
que lucha y no trafica con el empleo.
