Tras escasos 20 días, 6 reuniones de “negociación” y sin agotar el límite legal establecido de un mes, como si no hubiese ninguna mejora que demandar, los sindicatos de siempre han vuelto nuevamente a firmar su cuarto €R€ en seis años. Una firma que supondrá el despido y el envío a la cola del paro, a nada menos que a 3.223 personas.
Finalmente, sin sorpresas y como sabíamos desde el día de apertura de este proceso, el sindicalismo cortesano, aquel que tanto se gusta llamar a sí mismo “responsable”, ha vuelto a permitir con su firma, que Banco Santander vuelva a despedir hasta fin de año a 3.223 trabajadores y/o trabajadoras.
Para quién ande un poco confuso, o se haya quedado con la idea del “sopitas y buen caldo” que explicábamos en la circular anterior, todas las personas afectadas por un expediente de despido colectivo son despedidas, y como tal, van directamente, si quieren cobrar los dos años máximos de prestación por desempleo, al Sistema Público de Empleo Estatal, más conocido como paro. Por tanto, a todos los efectos y con todas las obligaciones que ello lleva implícito, se debe considerar como un parado más. Hecho este que nos indica claramente que no existen prejubilaciones. Cosa que algunos, una vez firmado el €R€, ya no ocultan.
Todas las cantidades a cobrar, independientemente de cómo se perciban: en pago único o en renta mensual diferida hasta los 63, tienen la consideración de indemnización por despido. Una indemnización que está sujeta, en todos los casos, a una especial tributación. Tributación que está siendo especialmente observada por Hacienda, y en algunos casos poniéndola en duda, para evitar posibles fraudes que este tipo de procesos pudieran suponerle al fisco.
Finalmente, este acuerdo, como hemos manifestado por activa y por pasiva, no garantiza absolutamente nada. No garantiza la voluntariedad, ya que el Banco se reserva siempre la última palabra. No garantiza la salida de un mínimo número de personas por cada franja de edad, quedando al arbitrio exclusivo del Banco la gestión integra del €R€, llegando incluso a utilizar, si lo estima oportuno, la movilidad geográficade hasta 75km para toda la plantilla de la red y/o el despido forzoso. Despido para el que utilizará, como criterio de selección, las subjetivas evaluaciones del desempeño y la supuesta falta de adaptabilidad a un nuevo puesto de trabajo. Criterios inasumibles desde cualquier punto de vista racional.
Por tanto, hará su limpia en función únicamente de sus intereses. Unos intereses eminentemente económicos, es decir, la que le salga más barata, y productivos, la de quienes no cumplen con sus estándares de calidad y por tanto, le son prescindibles. Y todos y todas entendemos el significado de esto.
Un €R€ como se ve, que le ha quedado muy bonito al Banco gracias a la colaboración inestimable de un tipo de sindicalismo entregado a la causa. Un sindicalismo que ni siquiera ha forzado la máquina, y esto ya es mucho decir, para cumplir con el plazo legal de un mes de negociaciones, fijado para este tipo de procesos. Quizás no les merecía la pena perder su valioso tiempo para tratar de conseguir un acuerdo de prejubilaciones clásicas, aquellas que no te mandan al paro, sino a casa, o de demandar mejoras en las condiciones unilateralmente concedidas por la Empresa. Mejoras para colectivos, que algunos casos van a ver reducida su indemnización en unos 100.000€ con respecto a la que le correspondería en aplicación del anterior €R€ de SS.CC., a pesar de que oculten este pequeño detalle en sus hojas, o para excluir a colectivos vulnerables como: embarazadas, familias monoparentales, personas con 33% de discapacidad o personas con reducción de jornada por cuidado de familiares dependientes.
Y para finalizar un detalle no menor, los porcentajes fijados para los mayores de 55 años serán los que, a partir de ahora, el Banco utilice para llevar a cabo cualquier proceso de prejubilaciones.Recortes presentes y de futuro, rascando por todos los lados.
CGT no acepta que haya despidos en empresas con beneficios mil millonarios. Despidos que son cargados a la cuenta de resultados del Estado, para mayor gloria de la propia y de la retribución al accionista.
Las reestructuraciones de plantilla en este tipo de empresas deben correr a cargo exclusivamente de las mismas, haciéndose como siempre se han hecho a través de acuerdos de prejubilación y no de procedimientos de despido colectivo.
La reforma laboral utilizada siempre como excusa, ya no cuela. Algunos se mueven como pez en el agua con ella. Será por eso, por lo que no exigen, con verdadera acción sindical y no con declaraciones, su derogación al gobierno. La cosa es buena, sí su bolsa suena.
Viva la irresponsabilidad del sindicalismo responsable.