En Agosto algunos medios publicaban que el BBVA a partir del mes de Septiembre iba a dejar de prestar el servicio de ventanilla en algunas sucursales… siempre que hubiera otra sucursal grande próxima. Queda pendiente de definir por el Banco el concepto de “proximidad”, y ya veremos qué criterios utilizan para calificar de “oficina pequeña o grande”, ya que es sabido por todxs que muchas oficinas de pequeño tamaño por su balance, dan un gran servicio a la clientela. Los servi- cios que se dejan de ofrecer son todos los que el Banco entienda que son factibles por el cajero automático. También es sabido que el empleado de caja está muchas horas de su jornada ayudando en las labores del autoservicio al margen de su cuadre, carga etc. El Banco argumenta que pone a disposi- ción de la clientela 6.025 cajeros.
El cierre de estas oficinas se comunica por carta a los clientes… y de ninguna manera a los empleadxs. La realidad (que supera a la ficción) es que son los propios clientes quienes nos enseñan la carta que han recibido, para pedirnos explicaciones.
Por supuesto, que se alega “mejora de la eficiencia”, nuevo modelo de organización etc… pero todo ello, sin perjudicar al cliente. Y, como siempre, nosotros nos preguntamos: ¿No se pueden hacer las cosas con más tacto, detalle, mejores plazos, etc.?