El miércoles 4 de Marzo se hacía pública la Sentencia del Tribunal Supremo, Sala de lo Civil, reunida en Pleno, que considera usurario el interés remuneratorio de las tarjetas “revolving” de WiZink.
Una sentencia tan contundente como clarificadora de lo que significa este tipo de negocio. Tal y como la resume el Gabinete Técnico de dicho tribunal, “no puede justificarse la fijación de un interés notablemente superior al normal del dinero por el riesgo derivado del alto nivel de impagos anudado a operaciones de crédito concedidas de modo ágil, porque la concesión irresponsable de préstamos al consumo a tipos de interés muy superiores a los normales, que facilita el sobreendeudamiento de los consumidores, no puede ser objeto de protección por el ordenamiento jurídico”, pronunciamiento que deja por tierra las vergonzosas alegaciones que esgrimía el banco. Y además, añade que “Han de tomarse además en consideración las circunstancias concurrentes en este tipo de operaciones de crédito, como son el público al que suelen ir destinadas, particulares que no pueden acceder a otros créditos menos gravosos, y las propias peculiaridades del crédito revolving, en que el límite del crédito se va recomponiendo constantemente, los intereses y comisiones devengados se capitalizan para devengar el interés remuneratorio y las cuantías de las cuotas no suelen ser muy elevadas, en comparación con la deuda pendiente, pero alargan muy considerablemente el tiempo durante el que el prestatario sigue pagando las cuotas, hasta el punto de que puede convertirle en un deudor «cautivo»”, lo que implica una intencionalidad de WiZink de aprovecharse (continuadamente en muchos casos) de personas que pasan por dificultades dinerarias.
Este es el modelo de negocio al que nos han llevado los codiciosos directivos de WiZink, basado prácticamente en un sólo producto de activo, las “tarjetas-usura”, con gran parte de sus actividades externalizadas o subcontratadas. Ahora ese modelo ya no puede mantenerse y habrá que cambiar, al tiempo que se deberá hacer frente a las numerosísimas reclamaciones de los clientes, que supondrán un muy elevado coste. Directivos que se las daban de listos presumiendo de los beneficios empresariales, también de los que ellos percibían (bonus millonarios), y finalmente ha quedado demostrado que son más ignorantes que el conocimiento popular: habrán escuchado alguna vez eso de que “…. la avaricia rompe el saco ….”.
A diferencia de ellos, para la plantilla esta etapa no ha podido resultar más negativa. Los empleados que procedemos de otros bancos (Citibank, Barclays, Popular-e) hemos visto convertir nuestra profesión bancaria en un servicio para unos prestamistas.
Tampoco podemos olvidar la estrambótica situación que ahora se da para los trabajadores de Wizink Gestión, que se dedican al cobro de los impagados. Tras la sentencia, tienen que reclamar a los clientes unas deudas anteriores que devienen usura. Y ante los requerimientos de los clientes que les cuestionan la validez de esos contratos, la Dirección les ordena que contesten de manera repetitiva: “…. La mayoría de los clientes de WiZink están muy contentos y satisfechos con este tipo de producto ….. Seguiremos trabajando cada día para ofrecerte el mejor producto para tus necesidades diarias.”. Lo más parecido a la maquinita de “Su tabaco. Gracias”.
Dicho lo anterior, y llegado a este punto, es preciso hacer referencia sobre quién va a recaer las consecuencias de ese pronunciamiento judicial favorable a la clientela. Quién paga esa “factura”.
Está claro que no va ser sobre el accionista único de este Grupo empresarial, el fondo de inversión Värde Partners, pues su consideración de “fondo buitre” ya lo dice todo. Máxime teniendo en cuenta las noticias en prensa especializada de su intención de vender la empresa, a otro inversor o mediante salida a bolsa (a cachitos).
Igualmente, tampoco va a recaer sobre los directivos, que ya han demostrado su insensibilidad con la clientela, o recientemente con las plantillas de Wizink Bank y WiZink Gestión al ejecutar sendos EREs de forma muy agresiva, mientras ellos continúan con sus elevadas remuneraciones.
Tampoco va a producirse un recorte significativo de los gastos generales, pues los servicios de proveedores cuestan lo que cuestan, es precio de mercado.
Obviamente las consecuencias las vamos a soportar los trabajadores, que pagaremos con nuestro empleo. Con total y absoluto convencimiento afirmamos que la empresa pretenderá despedir trabajadores y subcontratar más actividades con otros trabajadores más baratos. Dado que pretenden vender la empresa, antes querrán limpiarla para maximizar el beneficio que puedan obtener por ella. Como siempre en estos casos.
En vista de este panorama, CGT hemos mantenido una reunión con el Director de Relaciones Laborales, en la que hemos exigido:
- Que se adopten responsabilidades disciplinarias contra los directivos que han llevado el negocio a esta situación, poniendo en peligro el empleo de los trabajadores. No resulta ético, ni justo, ni equitativo, que la empresa esté despidiendo trabajadores por motivos muchísimo menos graves y subjetivos, y que los ejecutivos actúen causando cuantiosos perjuicios a la entidad sin asumir esas consecuencias, que nos afectan a todos. La respuesta ha sido negativa, quedando de manifiesto la falsedad de la igualdad de trato en WiZink, donde puede distinguirse dos tipos de empleados, uno, los directivos que reciben un trato privilegiado, y dos, el resto de la plantilla a los que se nos trata con suma severidad.
- Que Wizink se avenga a suscribir un acuerdo laboral con la representación legal de los trabajadores que garantice el mantenimiento del empleo. La respuesta también ha sido negativa. Por tanto, se confirman las previsiones que anticipábamos, ya que la Dirección se niega a comprometerse con sus trabajadores, cuya única culpa ha sido cumplir sus órdenes. No tienen ninguna intención de renunciar a despidos.
Si alguien piensa todavía que estos directivos se preocupan por sus trabajadores, no va a pasar mucho tiempo para que se convenza de lo contrario.
