Las antiguas cajas de ahorros (CaixaBank, Bankia y los grupos más regionales) quieren controlar los gastos para ganar en eficiencia y rentabilidad, tal y como exigen los reguladores. La patronal del sector, CECA, ha planteado a los sindicatos que no habrá ninguna subida salarial a la plantilla por convenio colectivo al menos hasta 2022. Y que éste de producirse será de únicamente el 0,5% debido a la incertidumbre económica que ha dejado la pandemia del coronavirus.
Ya antes de que estallara la crisis del Covid, estas entidades propusieron en la mesa de debate de las condiciones laborales eliminar algunos incentivos y suplementos en la retribución de los que se benefician buena parte de sus 70.000 trabajadores, como son los trienios y los complementos por hijos.
Estos recortes fueron puestos sobre el tapete en otras negociaciones pero nunca salieron adelante, por lo que en esta ocasión puede que finalmente no se concreten.
La patronal de los bancos AEB que engloba a Santander, BBVA, Sabadell y Bankinter, entre otros- también ha llevado a las conversaciones para sellar un nuevo convenio algunos ajustes de costes de personal, como la supresión del concepto de antigüedad, entre otros.
Ambos sectores tienen de plazo de momento hasta el 30 de junio para sellar un acuerdo sobre las condiciones de los trabajadores para los próximos cinco años, tras la ampliación del periodo tras el coronavirus. Aunque las partes están dispuestas a extender el periodo de negociación comprobar con mayor precisión las circunstancias económicas.
Los representantes de los trabajadores se oponen a todos estos ajustes y están reclamando que haya un reparto de las posibles subidas salariales en función de cómo evolucione la economía y que se reduzcan las suspensiones de los complementos para reducir los recortes, en un momento en que la plantilla está realizando un esfuerzo para la canalización de los créditos avalados al Estado y la concesión de moratorias a los clientes más afectados por la pandemia.
Desde la CECA se ha abierto la posibilidad de incorporar algún tipo de beneficio, como en materia de préstamos o vacaciones, pero siempre y cuando se produzca una supresión de los trienios e, incluso, la implantación de la jornada partida.
Teletrabajo
Otro de los aspectos que ambas partes pretenden regular es el teletrabajo, una fórmula de todas las empresas van a explorar en los próximos años y que ha tenido tanta importancia durante el confinamiento para que la actividad pudiera continuar. Las entidades poco a poco ha ido incorporando a los trabajadores a las sucursales y a los servicios centrales, pero al menos hasta septiembre no toda la plantilla se habrá reincorporado a su puesto en la oficina. BBVA, por ejemplo, ya tiene toda su red comercial abierta.