Caixabank y Unicaja se reúnen el día 25 con la patronal que preside con Isidre Faine y dos semanas después lo hará Santander y Sabadell con la de Alejandra Kindelán
Los sindicatos del sector financiero han conseguido sentar a las patronales bancarias AEB, CECA y UNACC para celebrar un observatorio en el que se tratarán los temas que más preocupan a los trabajadores actualmente, como el estrés o la carga de trabajo a consecuencia de los ERE, pero sobre todo, los salarios, que, según defienden, deberían ajustarse a la inflación.
En estos observatorios, donde solo acuden los sindicatos firmantes de los convenios colectivos, se pondrán encima de la mesa distintos puntos a tratar y si salen adelante, se debatirán en un foro independiente al que acudirán todos los sindicatos que negociaron el convenio.
Se trata de algo novedoso, ya que nunca antes se había celebrado este tipo de observatorio, al igual que tampoco nunca antes se habían dado acontecimientos coyunturales como una pandemia o una guerra. Precisamente por esto, para tomar medidas urgentes ante situaciones sobrevenidas, se estableció una cláusula en los convenios del sector financiero, donde se hace mención a la opción de abrir este observatorio si hay un cambio de escenario, como ha ocurrido ahora.
Cada entidad tendrá su propio observatorio dependiendo de si es un banco, una ex caja o una cooperativa. La primera reunión se celebra el miércoles 25 de mayo entre las ex cajas de ahorro, como Caixabank, Unicaja o Abanca y su patronal CECA, presidida por Isidre Faine. Al día siguiente tendrá lugar la de UNACC, donde se encuentran Cajalmendralejo o Caja rural de Asturias y ASMEC, que representa solo al grupo cooperativo Cajamar.
Y finalmente, el día 8 de junio será el turno de bancos como Santander, BBVA o Sabadell que se reunirán con AEB, la patronal que ahora lidera Alejandra Kindelán. CCOO, UGT y FINE estarán presentes en los observatorios de banca y ex cajas porque fueron firmantes del convenio, mientras que en el de UNACC solo estará CCOO por el mismo motivo.
Nuria Lobo, que es secretaria del sector financiero en CCOO, estará en todas estas reuniones y tiene una cosa clara: defenderá una subida salarial acorde a la escalada del IPC durante 2021 y 2022. Recuerda que, en este observatorio se expone el problema y las conclusiones se trasladan a la mesa negociadora por lo que el proceso podría llevar tiempo.
“Partimos de la premisa del mal clima que hay en las entidades después de los ERE y las consecuencias económicas de la guerra, que han dejado subidas de precios nunca antes vistas”. Cuando negociaron el convenio colectivo, en 2020, la situación era diferente. “Y solo pedimos una compensación por la pérdida de poder adquisitivo que ha sufrido la plantilla”.
Lobo destaca el importante “desequilibrio” que existe entre los beneficios de la banca, que son históricos, las remuneraciones de directivos y los salarios de la plantilla, que están muy ajustados. “No es justa esta desproporción”, critica. También exigirán una tasa de reposición porque las entidades han prescindido de un número muy elevado de personas en plantilla durante la pandemia con motivo de la digitalización y cuando se ha empezado a recuperar la presencialidad, defiende, las oficinas han vuelto a tener la misma carga de trabajo, pero ahora con menos personas.
La de CCOO recuerda que en CECA, Caixabank es quien lleva el peso de la negociación y sabe que el consejero delegado, Gonzalo Gortázar ya se mostró muy claro durante le presentación de resultados con cuáles eran sus intenciones. “Nuestra plantilla y en general todo el sector bancario y el de las antiguas cajas de ahorro se rigen por un convenio que vence a finales de 2023. A partir de ahí habrá una negociación”, expresó el CEO.
También el director financiero de Unicaja, Pablo González, destacó en la conferencia con analistas que el convenio colectivo por el que se rigen sus empleados limita el aumento de los salarios al 1% y no había ninguna previsión de revisarlo. Pero Lobo insiste en que lo que se decida en la mesa negociadora, se tiene que acatar por parte de las entidades y no es solo cuestión de subir tablas salariales, también hay otras opciones, como planes de pensiones o una paga extraordinaria. “Fórmulas hay y las plantearemos”.
El secretario general en UGT del sector financiero, Victoriano Miravete, indica que todos los sindicatos que estuvieron en la negociación del convenio, firmantes o no, están de acuerdo en que es necesaria una revisión salarial. Por eso, pelearán en el observatorio para que se abra el foro y puedan negociar.
Coincide en que llevará más tiempo del que les gustaría porque las patronales lo intentarán alargar a petición de sus bancos miembros, pero esto no es nuevo, comenta, “el último convenio lo firmamos con 21 meses de retraso”. A pesar de ello, es necesario porque a cierre de año se espera una subida del IPC del 6,7% acompañada de un menor crecimiento económico, lo que se traduce en menos poder adquisitivo si no se revisan los salario.
Y además, las entidades tienen capacidad, destaca. Caixabank, por ejemplo, “ha anunciado que una subida del 1% de los tipos de interés elevará el margen un 25% y prevé pagar a los accionistas 9.000 millones de euros según lo anunciado en el plan estratégico”
José Fermín Iglesias, secretario General de FINE, recuerda que su sindicato envió cartas tanto a la CECA como a la AEB solicitando un incremento salarial. “Parece que han tomado nota y eso ya es importante”. Las plantillas están muy presionadas, hay muchas bajas por estrés y se debe compensar por el trabajo, defiende.
Recuerda que en 2020 se firmaron convenios en una situación muy distinta a la de ahora y para esto están los observatorios por si cambia el entorno y situación económica. “Va a ser complicado llegar a igualar el salario a la subida al IPC, pero al menos que sea la mayor subida posible”.