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El Chiringuito

CaixaBank lleva años promocionando entrenadores  que basan su “juego” en el patadón para arriba, la disciplina férrea, la presión alta y el resultadismo. Sin embargo, este estilo de juego ha generado un ambiente irrespirable en el equipo que pone en riesgo la supervivencia total del proyecto, la plantilla ya está harta de dedos en los ojos, de malas formas y de insistir en la presión hasta romper física y mentalmente a los compañeros.

Ni  uno  solo  de  los  36.000  jugadores  que  configuramos  la  plantilla  de CaixaBank creemos que los mismos entrenadores que nos han llevado a convertir el ambiente del vestuario en este foso infecto puedan ser los responsables de que nuestro equipo empiece a jugar mejor.

NO OS CREEMOS. A NINGUNO.

Es necesaria una renovación TOTAL de los estamentos superiores del club, empezando por el Director de Negocio que en apenas seis meses ha demostrado su incapacidad para transformar la dinámica del equipo, pasando por todos los directores territoriales, responsables de la ausencia de trato humano y de la devastación que se vive en la plantilla, hasta los propios técnicos de recursos humanos, de los que la mayoría de la plantilla desconoce desde sus responsabilidades hasta sus caras.

CaixaBank tiene una plantilla de Champions abocada a jugar por el descenso por un equipo directivo que ha convertido la venta de palomitas y bocadillos de chóped en el modelo de negocio más allá de los logros en el campo, más comprometidos con su éxito personal y de los accionistas que con su equipo, destrozando la vida así de miles de jugadores y aficionados (clientes y trabajadores).

Los mismos técnicos de RRHH  reconocen que la presión no va a reducirse, que el plan estratégico hasta el 2025 no va de ganar títulos, va de exprimir jugadores y, cuando se lesionen, cambiarlos por otros. Entonces, ¿si ya nos están avisando de que no va a cambiar nada, para qué sirve todo este postureo?

HAY QUE CAMBIARLOS A TODOS.

Nuestra plantilla ya ha demostrado con creces estar muy por encima de su nivel directivo, lo que necesita son entrenadores a su altura. No podemos permitir que nuestra profesionalidad, nuestra honorabilidad, nuestra dignidad, nuestra salud y la de nuestras familias sigan dependiendo de a  quienes  les  dimos  el  primer  banco  de  nuestro  país  y  lo  han convertido en El Chiringuito, SU chiringuito.

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