No Country for Old Men es una película estadounidense del año 2007, escrita y dirigida por los hermanos Coen, basada en la novela homónima No es país para viejos de Cormac McCarthy.
La película es un lamento por la manera en que los jóvenes ignoran la sabiduría del pasado y, más concretamente, de los viejos.
Pues que sepáis que en Accenture en este momento está pasando exactamente lo mismo que en la peli. Hace ya unos meses, alguna mente pensante de Chicago decidió que Accenture tiene pocos beneficios, que se pueden tener muchos más ahorrando gastos. ¿Y cómo hacerlo? De la manera más fácil, echar a la calle al 2,5% de la plantilla total, 19.000 empleados. Para ser más concreto, a trabajadores que desempeñan funciones corporativas no facturables. En castellano, reducir el volumen de gente de recursos humanos, y ya hilando más fino, a los que más años lleven en la empresa. Fuera viejos.
Estos empleados son compañeros y compañeras que han trabajado durante largos años, con sus sueldos congelados, que han sido fieles a la empresa y han currado mucho cuando se los ha necesitado. Muchos de ellos tienen más 40 o 50 años de edad, con el problema laboral que eso conlleva.
Esta es otra muesca más en la bajeza moral que demuestran los centros de dirección de las multinacionales, como Accenture, que en su afán de generar más y más beneficios, no tiene el más mínimo escrúpulo en echar a la calle a la parte de la plantilla que más tiempo lleva trabajando y con más valor en conocimientos y experiencia. Definitivamente, Accenture no es una empresa para viejos.
