Hoy, 30 de mayo, se ha celebrado la decimotercera reunión de la mesa de negociación del que será el XXV Convenio Colectivo del Sector de la Banca (CCB). Una reunión que ha servido para certificar que el tripartito, formado por CCOO, UGT y FINE, y la patronal AEB, están cada día más cerca de firmar un convenio que lamentablemente queda muy lejos de las necesidades de las plantillas.
Hemos de recordar que la mesa se constituyó de manera excepcional antes del vencimiento del XXIV CCB porque entendían las partes, la social y la patronal, que había que dar respuesta urgente a la inaceptable pérdida de poder adquisitivo que habían sufrido las plantillas del sector en los últimos años.
Desde CGT nos marcamos como hoja de ruta en materia económica el defender tres ideas: la RECUPERACIÓN de lo perdido, mediante el abono de una paga extraordinaria que compensara la pérdida del 10% acumulado durante la vigencia del convenio anterior, el INCREMENTO de nuestro poder adquisitivo a futuro, con la fijación de una cláusula de garantía salarial que incrementase el IPC anual en un punto porcentual y la NO aplicación de la cláusula de compensación y absorción que garantizase la subida a todas las personas.
Lamentablemente, a pesar de que inicialmente toda la parte social, en mayor o menor medida, transitábamos por la misma senda, hemos de decir que tras trece reuniones, un paro parcial y una huelga sectorial histórica no tenemos garantizada ninguna de las tres premisas. Es más, estaríamos en condiciones de afirmar que algunas representaciones sindicales han renunciado tristemente a todas ellas, olvidándose irresponsablemente del esfuerzo y del respaldo masivo demostrado por las plantillas en las movilizaciones convocadas, conformándose únicamente con una subida salarial, que nuevamente no garantiza siquiera su poder adquisitivo.
Desde CGT, por respeto a las plantillas seguimos defendiendo en la mesa la necesidad ineludible de conseguir nuestras reivindicaciones. No existe ninguna razón para que, en un momento como el actual de beneficios históricos pasados y previsiblemente futuros de los bancos, de repartos cada vez mayores de beneficios entre el accionariado y de liquidez para acometer OPAS, tengamos que renunciar a ninguna de ellas. Hacerlo, tal como algunas representaciones sindicales ya están asumiendo, es no entender el momento, siendo con todo lo más grave, el defraudar el inmenso caudal de confianza y el respaldo que las plantillas han depositado en nosotros, cuando se les ha requerido su participación en unas movilizaciones desconocidas en los últimos cuarenta años.
Por todo ello, hemos requerido a la parte social y especialmente a quienes ya están en predisposición de firmar un convenio centrado únicamente en lo económico, que pospone otros tres años la consecución de mejoras en materias trascendentes, entre otras, el tiempo de trabajo y la conciliación familiar, que cualquier preacuerdo que se alcance con la patronal, por respeto a las plantillas y a su implicación en el proceso de negociación, deba ser ratificado en referéndum, asumiendo CGT el resultado del mismo, comprometiéndose a firmar el convenio en caso de ratificación por las plantillas. Nadie debe tener miedo a que sean éstas quienes tengan la última palabra.
La próxima reunión ha quedado fijada para el martes 11 de junio.
