El pasado 7 de mayo, la mayoría de los sindicatos en BS firmó el protocolo de desescalada presentado por la dirección. CGT no avaló dicho protocolo por la falta de concreción de las medidas que se reflejan en el mismo y las evidentes diferencias de los análisis de la dirección/sindicatos firmantes con la realidad que vivimos la plantilla del banco.
Se concretan estas diferencias, entre lo que se refleja en el protocolo y la realidad, en los siguientes aspectos:
- La plantilla que está trabajando de forma presencial, no tiene los medios de protección necesarios para realizar sus tareas: Exigimos que se instalen mamparas en todos los puestos de trabajo ( solo hay una por oficina en puesto sc), no hay suficientes mascarillas (1 por persona cada quince días), no hay guantes, ni pañuelos desechables, ni papeleras con tapa automática. la limpieza es claramente insuficiente, desprotegiendo en este aspecto tanto a la plantilla como a la clientela. la realización de test solo está prevista para casos extraordinarios.
- Las oficinas abiertas están desbordadas ante la falta de personal para atender a la numerosa clientela que acude a las mismas. El espectáculo es bochornoso y las quejas constantes: colas kilométricas a pleno sol para que te atiendan, más de dos horas de espera. Es necesario abrir con urgencia el mayor número de oficinas y dotarlas de personal suficiente para atender correctamente a las y los clientes.
- La mayoría de la plantilla está teletrabajando sin un acuerdo que regule sus condiciones laborales y sin el registro de la jornada que se realiza: Exigimos que se dote el material necesario (ordenador, mobiliario, etc), que los costes sean sufragados por la empresa (internet, luz, material de oficina, etc), que se registre la jornada y se compensen o abonen las horas extras realizadas.
La dirección está aprovechando la crisis sanitaria y económica para avanzar con rapidez en sus planes de reestructuración: cerrando un gran número de oficinas y potenciando el traspaso de personal de la red a servicios de telemarketing (que a corto plazo serán externalizados), paralizando la implantación del registro de nuestra jornada de trabajo (más de un año de retraso), obviando la negociación de las condiciones del teletrabajo, etc. Todo esto no nos sorprende, ya que es el trabajo por el que les pagan. Quien, en nuestra opinión no ejerce sus tareas con la debida eficiencia, es la representación sindical del banco, quien una vez más, da la espalda a la defensa de los intereses de la plantilla que representa.