Creíamos que en Sudáfrica había terminado en el siglo XX el Apartheid pero a veces da la sensación de que Indra en el siglo XXI lo toma de ejemplo.
La semana pasada nos ha llegado el decálogo de buenas prácticas en materia de subcontratación de RRHH, en el que viene a decir que el personal subcontratado debe estar delimitado con cartelería identificativa y se recomienda que no compartan espacios con los empleados de Indra y se les sitúe a todas y todos juntos.
Esto recuerda a la parte de atrás del autobús donde se tenían que sentar los negros en el Apartheid ¿Les darán los peores puestos con sillas viejas? ¿Y les encenderán la calefacción y el aire? ¿Y tendrán sus propios baños? ¿Tendrán que traerse el papel de casa?
Nos ha llamado mucho la atención el esfuerzo por parte de la empresa, que incluso nos va a dar un curso sobre “estas buenas practicas”, para que no parezca lo que es: cesión ilegal.
Por otra parte, nuestra empresa parece olvidar que además de subcontratar, Indra es una empresa subcontratada, si este catálogo de “buenas prácticas para subcontratados” la aplican sus clientes, seremos nosotras y nosotros las que sufriremos la segregación.
