Ayer tuvo lugar la quinta reunión de la mesa de negociación del ERE, en la que la empresa nos comunicó una nueva propuesta muy similar a la inicial, incluyendo un ERTE, por si no teníamos bastante, para formar a personal del colectivo que ellos llaman, “de baja empleabilidad” y profesionales en el ámbito de servicios financieros con descenso de demanda (68 personas aproximadamente).
La nueva propuesta de la empresa nos parece inaceptable porque sigue basada en su totalidad en el despido y las modificaciones sustanciales. Los criterios de afectación son tan ambiguos que cualquiera puede estar incluido entre los afectados. Se incluyen gran número de personas con reducción de jornada (que fuera del ERE no se podrían despedir), se incluyen un número mayor de despidos que los que la empresa reconoce como desasignados, por tanto se puede incluir a cualquier persona por supuesta “baja empleabilidad”, y las llamadas prejubilaciones son en realidad despidos con indemnización en diferido, en las que además se abandona a su suerte a las personas afectadas a los 63 años, dejándolas sin prestación hasta que se jubilen o en el mejor de los casos con una rebaja de 32% de su pensión.
Volvemos a reiterarnos que el ERE está totalmente injustificado, no concurren las causas económicas, productivas y organizativas, estas causas son por motivos coyunturales y no estructurales, por todo ello solicitamos a la empresa que retire este ERE al que no encontramos justificación alguna.
Después de analizar tanto la documentación aportada por la empresa como las propuestas realizadas, lo que nos queda claro es que Indra pretende hacer lo que hizo en el pasado con la connivencia de los sindicatos mayoritarios, que es nada más y nada menos que desprenderse de los trabajadores/as con más experiencia (los más antiguos), los salarios más altos y el personal con reducción de jornada, siendo estos colectivos los más vulnerables.
Con los datos aportados por la empresa tenemos claro que las cifras de despidos en los grupos de desasignados y baja empleabilidad, se sobrepasa por mucho la cantidad de personas desasignadas actualmente, además de que en estos colectivos un gran número tienen reducción de jornada y la proporción de mujeres y hombres es mayor que la proporción en la empresa.
Si con sus propias cifras se pillan los renuncios de la empresa ¿qué pasaría si nos detallaran la información que solicitamos? Pues que se vería que este ERE no se sustenta por ningún lado. La única opción que tiene la empresa para seguir adelante es tener un acuerdo con algún sindicato que avale los datos presentados.
Desde CGT seguimos insistiendo en que no hay casusas que este ERE es fraudulento, porque las cifras están viciadas de inicio y no se sustentan las causas contractuales, porque este proceso es debido a la coyuntura actual de pandemia en la que nos encontramos.
